¿Qué es "Del alma y otras hierbas"?

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... es un rincón de diálogo de un grupo de amigos que, desde la más auténtica diversidad, comparten alegrías, penas, risas, lágrimas, éxitos, fracasos y aficiones varias en una cotidianeidad que intentamos hacer entretenida, interesante y llevadera. Allí nace la necesidad de compartir letras, imágenes y sonidos a través de este espacio común.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Las líneas de la mano (Julio Cortázar)


De una carta tirada sobre la mesa una línea viene por el tablón de pino y baja por una de las piernas. Sólo observe, verá que la línea continúa por el suelo de parquet, sube por la pared y entra en una reproducción de una pintura de Boucher, dibuja la espalda de una mujer reclinada en un diván, y, finalmente, sale de la habitación por el techo y desciende la cadena de pararrayos a la calle. Aquí es difícil seguirla a causa del sistema de tránsito, pero poniendo atención usted de dará cuenta de que sube a la rueda de un autobús estacionado en la esquina, que la lleva hasta los muelles. Allí se baja por la costura de la media de nylon brillante de la más rubia de las pasajeras, entra en el territorio hostil de los galpones de aduanas, salta, se retuerce y serpentea su camino hasta el muelle más grande, y allí (pero es difícil de ver, sólo las ratas la siguen para trepar a bordo) sube al barco con los motores sonando, cruza las planchas de la cubierta de primera clase, elimina la escotilla principal con dificultad, y en una cabina donde un hombre triste bebe coñac y escucha el silbato de partida y asciende por la costura del pantalón, a través del chaleco de punto, se interna hasta el codo, y con un empuje final encuentra refugio en la palma de la mano derecha, que está empezando a cerrarse sobre la culata de un revólver.


Julio Cortázar

Aquí podrás ver un tratamiento cinematográfico
por Anya Medevedeva y Chevrel Sebastien

(un regalo de nuestro querido amigo, Cronopio)

viernes, 9 de septiembre de 2011

Lejano



Mi misoginia intrínseca no permite ver más allá de mi nariz.
Lastima que vengo de una cepa de antaño
Que nunca cambia su sabor amargo, y yo...
Creo que jamás lo cambiare
Mi bestialidad incontrolable va más allá de lo permitido,
Lamentablemente vivo dentro de una jaula.
Indomable para mis seres queridos
Manipulable frente a la lujuria.
Miro por reflejos de cristales para que mi mirada pase inadvertida.
Respiro lento para no ser sentido
Apago la vela de un aliento para que sea aun más silencioso
No quisiera volver a oler tu perfume jamás.

Ismael

domingo, 4 de septiembre de 2011

Un día

No puedo dormir…  el vacío me impide cerrar mis ojos y dejar de pensar. Fue un día extraño, un día olvidado y solitario, entregado a un devenir que no existía más que en el mundo de mis ideas que aún no pude hacer conscientes. Un día disgregado de silencios cubiertos de cenizas y trozos de sin razón y lucidez.

No pude romper aquella atmósfera de decadencia y aunque unos impulsos de vida se escaparan por mis ojos al querer salir de aquel enfermizo estado, no conseguía más que miedo y palpitaciones aceleradas que aumentaban cierta preocupación sobre este cuerpo que respira sin saberlo.  

No sé, es como un mundo paralelo, como si habitara aquí y en otro lugar desconocido. Es como un estado de vida que se encuentra suspendido. Sientes que das un paso más y caes al horror de los abismos de la existencia, una náusea constante y un frío recorre cada una de aquellas vértebras que dan forma a este cuerpo. Es un aterrador paisaje, pues la soledad es maligna, la oscuridad ya no protege, sino que asusta y deja al desnudo. Es algo así como esas pesadillas en que gritas, pero no hay sonidos; donde corres, pero finalmente no avanzas ningún miserable centímetro.

SaTa|\|aS