Luego de la fuerte explosión, sólo se escucha la voz quieta de la mujer que casi suspira un "por qué...". Los vidrios rotos en la acera y sobre ella, le dan la apariencia de una imagen de vitral. Sus ropas son grises, sin embargo, el rojo que brota de sus heridas abiertas, las tiñe como Monet al atardecer de Venecia. Tiene los ojos abiertos, apuntando al cielo, también gris. Uno de sus zapatos figura un par de metros detrás de su cabeza. De pronto, gritos, una sirena, dos automóviles que se detienen frente a ella. Los focos de la calle apenas dejan distinguir su figura manchada sobre el pavimento. Alguien se acerca, le pregunta que pasó, si está bien, pero Marguerite ya no volverá a decir palabra alguna y en su cabeza el estallido se repetirá hasta el último minuto de aliento. “Frente al Hotel Tourane a las tres de la mañana”, eso decía la nota arrugada que encontraron entre sus ropas. Su fotografía de mártir ensangrentada, todavía circula por Internet, haciendo mención a su acto heroico.
Lola_Mento
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